¿Sabías que el Bodyboard se inventó en un garaje?

Desde luego, los americanos saben sacarle provecho a sus garajes
Juanferpt
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01-05-15

Surfing poet

A pioneer in content marketing and virtual communities. Poet by necessity and a vocational historian.

Muchos inventos, grandes y pequeños, vieron la luz en un 'garaje'. La Historia de la Humanidad nos demuestra que no es necesario disponer de grandes instalaciones para llevar a cabo un invento genial, porque hay ejemplos notorios que nos muestran como algunos de los grandes inventos y descubrimientos que han cambiado la vida de las personas se han llevado a cabo en el 'garaje' o domicilio particular del propio inventor. También en la Historia del Surf hay un 'invento de garaje': el Bodyboard, porque la primera tabla de esta modalidad de surf fue construida por Tom Morey en su garaje de Kailua en 1971.

Así, Arquímedes descubrió  su famoso 'Principio' en una bañera de su casa de Siracusa; Nikola Tesla fue denunciado a la policía por sus vecinos por sus trabajos sobre resonancia magnética en su casa de Nueva York; Henry Ford realizó sus primeros experimentos con un primitivo motor de gasolina en el fregadero de su cocina, ayudado por su esposa Clara que regulaba el paso del combustible; Mark Chavannes y Al Fielding desarrollaron una lámina de plástico cuajada de burbujas de aire en su garaje de Hawthorne (New Jersey); David Williams y John Dingley, anestesiólogos asesores de hospital Morriston en Swansea (Inglaterra), inventaron su ShakerScope, a raíz de sus manipulaciones de pistolas de pegamento y relleno de carrocería en sus garajes; o el más famoso: Steve Jobs fabricó sus primeros ordenadores y cofundó la empresa Apple en un garaje de Los Altos (California).

A mediados de los años 60, Tom Morey, un innovador matemático de Detroit y excéntrico surfista de Laguna Beach, abandonó su prometedora carrera como ingeniero de procesos en materiales compuestos en la Douglas Aircraft para montar su  propio negocio de tablas de surf en California (Estados Unidos). Unos años después, lo dejó todo y viajó a Kailúa, en la isla de Oahu (Hawái), en busca de las grandes olas. Allí pensaba montar otro negocio de tablas de surf.

El 9 de julio de 1971, Tom Morey descubrió esas olas perfectas justo allí en Hanols Beach, enfrente de su casa, pero no disponía en ese momento de ninguna tabla de surf para enfrentarse a ellas. Sin embargo, en su garaje tenía un viejo bloque de espuma de polietileno de 2,75 metros y, sin apenas pensarlo, cogió un cuchillo eléctrico y lo cortó en 2. Después lo forró con papel de periódico. En pocas horas hizo un gran rectángulo de 140x60 cm con la parte delantera escuadrada y los bordes externos inclinados 45 grados.

Así, en pocas horas y en un garaje, Tom Morey diseño y construyó la primera tabla de bodyboard. Después se dirigió con su prototipo a la playa y se sumergió en el agua con su nueva tabla de surf. Pero, desde que cabalgó la primera ola con ella, se dio cuenta de que había inventado algo nuevo: «Gracias al nuevo material percibía las olas de una manera increíble. Notaba una sensación diferente a cualquier otra que hubiera sentido antes», según sus propias palabras.

Tom Morey se sintió tan entusiasmado con su nuevo invento, que enseguida construyó una segunda tabla y se la vendió a su vecino por 10 dólares, menos de 9 euros. Al ver la cara de asombro de su primer cliente, el surfista inventor descubrió las posibilidades de su negocio. Hoy el Bodyboard cuenta con cientos de miles de seguidores y es una de las modalidades de surf más apreciadas.

«Una revelación no es algo siniestro y sobrenatural. Estás buscando alguna cosa pero no sabes qué es hasta que no la tienes ante lo ojos. Necesitaba algo para surfear y me encontré en una playa con una espuma y un cuchillo. Al momento me convertí en un inventor». Tom Morey, creador del Bodyboard.