Aprendiendo a surfear: doloroso a veces, a menudo embarazoso, siempre divertido.

Aprender a surfear es una lección de humildad.
Cesar Alvarez
Cesar Alvarez

10-09-18

Surf nomad

Roaming the globe with a surfboard and a laptop, crafting digital stories that ride the wave of surfing culture.

Aprender a hacer surf es una experiencia enriquecedora.

Te llevará hasta el límite, haciendo que te cuestiones tus capacidades atléticas y premiando esa lucha con fugaces momentos de puro éxtasis.

Pero aprender a surfear también puede ser un ejercicio doloroso y humillante. Puede golpearte, hacerte daño y dejar preguntándote a ti mismo si merece la pena el esfuerzo.

Sin embargo, no puedes dejar que esto te desanime.

He enseñado a surfear en Australia donde conseguí que mi novia pasase de neófito sin experiencia a guerrera de las olas con seguridad en sí misma.

Esto, resulta especialmente conmovedor, puesto que como una semmelknödel austríaca, la mayor parte de su infancia la pasó caminando por el bosque y haciendo senderismo en la montaña. Por ello, el océano y sus distintos matices eran en parte desconocidos para ella cuando empezamos, lo que significa que tuve que enseñarle desde cero.

Ahora puedo sentarme y escribir orgullosamente que tras unas pocas clases, es capaz de impulsarse, coger una ola y llegar hasta la orilla.

Siendo justos, esto se debe más a su persistencia que a mis métodos de enseñanza estelares.  En cualquier caso, verla pasar por los altibajos de aprender a surfear me ha mostrado que todo el mundo puede hacerlo siempre que se tenga una actitud adecuada.

Si estás pensando en reservar un campamento de surf, probar suerte tomando clases de surf o alquilar una tabla en tus próximas vacaciones en el extranjero, hay una serie de factores que deberías tener en cuenta.

 

Aprender a surfear es una lección de humildad

Si puedes impulsarte y ponerte de pie la primera vez que intentas surfear, está siendo bueno contigo. Pero normalmente, en la mayor parte de los casos, la “experiencia de aprender a surfear” será una lección de humildad como poco.

Espera pasar la mayor parte del tiempo cayendo en picado, perdiendo la estabilidad y siendo revolcado sin piedad en la zona de impacto.

En casos extremos, saldrás del agua con una nueva cicatriz o hematoma.

Incluso si todo va según lo previsto, todavía puedes acabar con más arena en el traje, que si estuvieras tumbado en la playa.

Sí, aprender a surfear puede ser bastante vergonzoso, ¿no debería todo el mundo beneficiarse de vez en cuando de un poco de humildad?

 

Surfear duele, pero merece la pena

El surf tiene el potencial de ser doloroso, sobre todo cuando estás empezando.

Ello se debe principalmente a que intentas controlar un objeto grande, duro y pesado en un entorno cambiante y turbulento, que a veces se torna peligroso.

Lo correcto es aceptar los golpes y moretones como parte del proceso.

Merece la pena a largo plazo, de manera que cuanto mejor te va, menos te sentirás como el punching-ball de la madre naturaleza después de cada clase.

La madre naturaleza no se preocupa por tí

Podrás maldecir al océano todo lo que quieras cuando estás aprendiendo a hacer surf, pero tus sentimientos no le importan a la madre naturaleza.

De acuerdo que ella no es malvada, pero tiene la mala costumbre de castigar a aquellos que inocentemente creen que pueden superarla.

De hecho, cuanto más lo intentes y vayas contra la corriente forzando la maquinaria, más expuesto estarás a la humillación.

Fluya con la corriente y trate de encontrar el punto feliz si las cosas se ponen complicadas. En el proceso, te ahorrarás un montón de estrés y energía.

 

Las terroríficas criaturas marinas existen, pero no están para acecharte

Mantarrayas, medusas, tiburones y pequeñas cosas mordientes existen en todos los mares y océanos del planeta. Sin embargo, las posibilidades de encontrarte con una de ellas son verdaderamente escasas.

Al igual que todos los miedos, cuanto más pienses en ello, antes entrarás en un estado de terror. Simplemente recuerda, si pueden evitar lastimarte lo harán.

Hace poco, mi esposa pisó una mantarraya y recibió un buen golpe por ello. Sin embargo, si ella no la hubiera pisado accidentalmente, el animal no se habría desviado en ningún momento de la trayectoria. para hacerla daño. Fue un acto inocente por parte de la mantarraya.

La persistencia siempre da sus frutos

Si quieres mejorar, el surf requiere una increíble capacidad de persistencia. Esto es porque el mar no siempre facilita las condiciones idóneas para aprender.

A diferencia de hacer skateboard, montar en bici o aprender a conducir, no puedes coger tu tabla e ir cuando te apetezca.

Debido a este aspecto del surf, siempre necesitas estar dispuesto y listo para remar cuando las olas sean buenas. Un consejo para la práctica del surf, es que siempre debe de acabar su jornada con una buena ola.

A veces, esto le supondrá permanecer 30 minutos adicionales o más, pero piense cuántas oportunidades más tendrá para perfeccionar su técnica en ese tiempo. Por no hablar de la satisfacción que proporciona coger una buena ola, o como me gusta llamarlo un brillo post-surfing.

El sentimiento de coger tu primera ola te acompañará por siempre

Todavía recuerdo la ola que cogí por primera vez y mi esposa todavía habla de la suya.

Sentimientos de satisfacción, triunfo, orgullo y alegría bañaran tu alma y penetrarán tan profundamente en tu psique que la sensación de surfear en tu primera ola quedará contigo para siempre.

A partir de ese momento, te convertirás en un adicto desesperado, constantemente persiguiendo las olas y revisando informes acerca de las mismas cuando tengas un segundo libre.

 

Aprender a surfear puede conducir a un crecimiento personal profundo

Aprender a surfear es humillante, vergonzoso, doloroso e incluso aterrador.

Es más que sólo una oportunidad para posar con una tabla, postearlo en Instagram y pasar las vacaciones. Es una oportunidad para superar sus miedos más profundos y desafiarse a a sí mismo para convertirse en una mejor persona.

Sufrirás altibajos y muchas veces tendrás ganas de darte por vencido. Pero como dije antes, sólo se necesita la actitud correcta para disfrutar de este maravilloso deporte.